Sala Foyer, Gran Teatre del Liceu Las Ramblas 51-59, 08002 Barcelona
Mariana Díez,
Directora del Segmento de Infraestructuras y Entidades Públicas del
Departamento de Marketing de Lafarge, fue la encargada de moderar la
primera mesa de la jornada y lanzar una serie de preguntas para promover el
debate sobre “Rehabilitar desde la arquitectura sostenible, algo que por parte
del propietario o arrendatario plantea una serie de preguntas como por ejemplo
sobre el contenido de esa expresión, su alcance, el coste, la oferta de
soluciones realmente viables y efectivas, etc.”.
Con estas preguntas presentes, Carlos Rubio Carvajal, de
Rubio & Alvarez-Sala estudio de arquitectura, quiso centra su atención
sobre la palabra misma de rehabilitación: “Rehabilitar significa volver a
habilitar de nuevo, volver a darle utilidad a algo que ha dejado de tenerla,
con la sostenibilidad como algo capaz de sostenerse por sí mismo”. Carlos se
confesó más próximo a la rehabilitación de los espacios públicos, urbanos y
colectivos, “ya que la ciudad es ante todo un lugar de intercambio, un lugar
donde nos juntamos para intercambiar información, opiniones, mercancías,
dinero, afecto y poder. Hemos decidido vivir juntos, y la ciudad es nuestro
mejor invento, con el espacio público como conformador de ciudad”.
Carlos Rubio presentó como ejemplo de intervención urbana a
gran escala el Plan de reforma del barrio de Lavapiés, una especie de arrabal
del Madrid del s. XVIII-XIX, un barrio marginado dentro de la propia ciudad
desde la zona noble del Madrid medieval hacia las laderas del río Manzanares
donde se produce la mayor aglomeración de infravivienda en la parte más
densamente habitada de Madrid
“En R&AS Nos centramos más en la Plaza de la Cebada, una
plaza muy transitada en los días festivos en la que sustituimos el mercado de
hormigón que nunca había funcionado para hacer un nuevo mercado y centro deportivo
dentro de un concurso internacional que propuso el ayuntamiento de Madrid en el
mismo centro de la ciudad. Nuestra propuesta, en la que resultamos ganadores,
consiste en rellenar los espacios vacíos y dejando sin embargo el centro de la
plaza al aire y vacío”. Además de estas medidas, el edificio dispone de una
cubierta ajardinada. “Todo el proyecto quería inspirar al mundo tanto cromático
como geométrico de campos de cebada y de la propia cebada, por eso hicimos un
edificio que lo envolvía una doble fachada”.
En el espacio vacío del centro de la plaza se ha
desarrollado un espacio público, un campo de cebada, que sirvió de inspiración,
según explicó Carlos, “para que se plantearan crear un jardín público en
un edificio de gestión privada, algo novedoso en Madrid”.
Otro proyecto que presentó Carlos fue el soterramiento del
tramo de la M-30 con el objetivo de que pase a ser un espacio público urbano: “Se
trata de 7 Km soterrados donde había que entender el río como un accidente
geográfico y aprovechar el espacio que genera el propio río como una puerta de
salida de Madrid desde el centro de la ciudad, conectándola con el campo. Este
proyecto no sólo aprovecha la rehabilitación de un espacio público, sino que
también sirve para ilustrar lo que la historia ha ido ocultando con un espacio
lúdico donde se recuperan monumentos históricos de Madrid que estaban
anteriormente escondidos”. El arquitecto catalán finalizó su
intervención recordando las palabras de José Miguel Iribas sobre el espacio
público, quien afirmó que “es preciso comprender, que cuando se trata de
intervenciones urbanas, una correcta solución arquitectónica no es condición
suficiente para garantizar un resultado acertado.
El espacio público encuentra su plena legitimación cuando se
usa, es decir, cuando tiene éxito social”. Recuperando ésta afirmación, Carlos
concluyó que si bien “la sostenibilidad tiene muchos aspectos, conviene
tener presente que hacer lo que no es necesario es lo más insostenible”.
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